Terminamos de leer "Del color de la leche" de Nell Leysmon, (lote de libros prestado por la Biblioteca Municipal) en la zona exterior de la cafetería Mendez, que se nos cedió gustosamente para la lectura.
Acudimos casi todas, y junto a un café y unas pastas, y sobre todo junto a buena compañía, comentamos lo que llevábamos leído y continuamos leyendo por turnos y en voz alta sus últimas páginas.
En general, y teniendo en cuenta los comentarios, el final del libro nos dejó un mal sabor de boca por su desenlace, a pesar de que se leyó con gusto y con interés. No debemos de olvidar que cada libro es una historia y que como ocurre en la vida misma, todas las historias no son maravillosas.¡Ojalá fuera así!
Lo que sí es cierto es que ya llevamos un libro más en nuestra mochila, un libro más compartido con compañeras de lectura, con todo lo que ello significa.
La tarde, además de lectura y de buena compañía, nos dejó agua a manta. Dos horas de abundante lluvia que hizo que nos arrejuntáramos para leer, y para no mojarnos y que nos obligó a levantar la voz para que se nos escuchara porque daba la impresión de que la lluvia incesante no quería perderse el final de nuestra lectura.
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